A través de un corto camino por el bosque desde el Hotel llegamos al arenal que nos da nombre.
La Playa de Aguilar está rodeada de acantilados y bosques en los que encontraremos numerosas rocas talladas. La más llamativa y emblemática de todas ellas es la Peña del Castaballar, que es una estatua natural que emerge del centro de la playa.
Esta playa cuenta con una calidad inigualable. Sus aguas son claras, limpias y cristalinas; la arena tiene un agradable y suave tacto y sus servicios son realmente completos. Todo ello ha hecho que cuente desde hace años con el prestigioso reconocimiento de la Bandera Azul de la Comunidad Europea.
Entre sus servicios destaca también una de las zonas de ocio más importantes de toda la costa asturiana, ya que presenta un alto nivel de equipamientos y una oferta muy variada y completa de hostelería.
La Playa de Aguilar es perfecta para practicar todo tipo de deportes acuáticos como el snorkel, el buceo, el windsurf, el surf y el Padel Surf. En la playa se alquilan tablas y se dan cursillos de iniciación. Además, también es un lugar idóneo para la pesca, donde los pescadores se acercan en busca de lubinas, lisas, mirlotos o rodaballos, entre otros muchos pescados.
Por otra parte, toda la zona cuenta también con uno de los paseos de mayor belleza que se pueden realizar en el Cantábrico. Esta se conoce por el nombre de la Senda de los Miradores. Se trata de una ruta de cinco kilómetros en la que podremos disfrutar de numerosos miradores como el de Los Glayos, el Miradoiro o el alto Las Llanas, entre otros desde los que podremos ver paisajes increíbles.
Además, en la ruta encontraremos también numerosas fuentes, pequeños arroyos, preciosos acantilados y bosques muy verdes y frondosos. La ruta encuentra su fin en la ermita del Espíritu Santo, donde se encuentra el último de los preciosos miradores de esta senda.